EN REPRESENTACIÓN DE EL ETERNO
Yaakob Ben Itzjak
En Derecho Civil, se suele utilizar el término Representación para indicar una figura “a través de la cual los actos jurídicos celebrados por una persona, se radican en otra diferente, teniendo poder jurídico suficiente para afectar al representado”.1 Dicho en otras palabras una persona puede presentarse delante de uno o varios sujetos y en nombre de otro, presentar argumentos y tomar decisiones como si en realidad se tratara del individuo a quien se representa. Podemos entonces hablar de un representante y un representado. El representante habla y decide como si en realidad se tratara de aquel a quien representa.
En círculos iehudím (judíos) se ha utilizado un concepto similar al indicado por medio del cual El Creador utiliza criaturas (celestiales o terrenales) para que tomen Su lugar y se presenten, hablen y tomen decisiones como si en verdad se tratara del propio Creador. En este corto estudio llamaremos a esta forma de representación: “Agente o Representante Divino” y trataremos de explicar desde el punto de vista hebreo, cómo El Eterno se ha manifestado muchas veces como relatan las Sagradas Escrituras, sin necesariamente haber sido Él, en Su esencia parcial o total, quien se apareció y habló con seres humanos de forma directa.
UN PRINCIPIO DE LA TORÁH: NADIE HA VISTO A ELOHIM
Yeshúa dijo en cierta ocasión a sus talmidim (discípulos): “A Elohim nadie le ha visto jamás, el juez único de su clase, que está en el seno del Padre, él lo reveló”. Yohanan (Juan) 1:18. Si esto es cierto, entonces: ¿Cómo explicamos que en las Sagradas Escrituras constantemente se mencione que El Eterno descendió y habló con tal o cual persona? ¿Cómo hacemos que Yeshúa no contradiga lo que está escrito en el TaNaK2
El Eterno se ha manifestado básicamente por medio de Representantes, tanto angélicos como terrenales. Muchas veces el hecho de representarlo ha implicado que el representante tome el nombre del Representado, en estos casos el nombre del Eterno. De esa cuenta, en muchas ocasiones se utiliza la expresión el Malaj de HaShem3, traducida en las biblias cristianas como “Ángel de Jehová” o “Ángel de Yahvé”, según la tendencia religiosa, para indicar que un Malaj (Mensajero) de El Eterno, vino en su representación y habló y ejecutó juicios como si en verdad se tratara del propio Elohim. Tanto así, que el representante al estar investido de la plena Autoridad del Creador, provoca que los que escuchan el mensaje teman por sus vidas, pues según un principio de las Sagradas Escrituras “ningún ser humano puede ver Al Eterno y seguir viviendo” (Shemot /Nombres /”Éxodo 33:20).
Por ejemplo, en el relato de Bereshit (En el principio/ Génesis) 16:3-16, tenemos a Hagar, la sierva de Sarai que luego de concebir un hijo de Avram, huye lejos de su ama y se le aparece el Malaj de HaShem. Aparentemente, ella interpreta la aparición como si verdaderamente ha tratado cara a cara con el propio Creador, pues aduce: “Y ella llamó a HaShem que le habló: “Tú eres 'El-Roí” el Poderoso ve, con lo cual quiso decir: “¡He seguido viendo después que él me vio!” y por ello llama al pozo “Lajay Roi”, que la versión Reina-Valera 1960 traduce como: “El Viviente que me ve”.
La tradición cristiana ha interpretado este pasaje como una teofanía, es decir una aparición o manifestación de El Eterno. Otros, más osados todavía, argumentan que se trata del propio Yeshúa antes de su “encarnación”. Sin embargo un análisis del diálogo entre el Malaj y Hagar, nos revela la naturaleza exacta del interlocutor de la egipcia. En el versículo 10, el Malaj habla en primera persona: “Multiplicaré grandemente” y en el versículo 11, le habla en tercera persona, cuando le indica el nombre que debe ponerle al hijo que va a tener. El malaj no le dice: “He oído”, sino haciendo eco del nombre Ishmael (“El-ohim presta atención), dice: “Elohim ha prestado atención a tu miseria”. Pues, no se trataba del propio Creador, sino de Su enviado, Su Representante. La confusión, si podemos considerarla como tal, fue de Hagar. No obstante, el siguiente relato aparece en el Midrash y nos ilustra al respecto:
“Hagar no estaba atemorizada cuando los ángeles se dirigían a ella porque estaba acostumbrada a verlos en la casa de Abram, mientras que Manoaj (el padre de Shimshón), quien vivió durante el periodo de los jueces y se le apareció un ángel, cayó al piso aterrorizado y le dijo a su esposa – “Seguramente moriremos porque hemos visto seres Divinos” (Shoftim 13:25)”4
Ante lo cual, podemos deducir que no se trató de un error de parte de Hagar, sino de aquellos que han interpretado el relato como una aparición (teofanía) de HaShem. Ella estuvo consciente todo el tiempo que El Eterno la veía y que la manifestación de Su Representante era como si en realidad hablara directamente con Él.
Con este criterio en mente, analicemos otros pasajes de la Escritura y notemos la intervención que hace el Representante, en distintos momentos de su participación:
EL MALAJ DE HASHEM:
El libro de Shemot (Nombres /”Éxodo) pareciera que nos da un poco de problemas en cuanto a la identificación precisa del Malaj de HaShem. Leemos en el capítulo 3, el relato de la zarza que se quema y no se consume, y al principio de la lectura, en el versículo 2, se nos menciona que el Malaj de HaShem se le apareció a Moshé (Moisés) en forma de llama de fuego en medio de una zarza sin consumirla. Del versículo 3 en delante, el Malaj habla como si directamente se tratara de HaShem. Sin embargo, la explicación más sencilla, es aclarar que el Malaj (mensajero) está entregando el mensaje tal y como El Eterno le ha ordenado. No le agrega, ni le quita.
Para aclarar este punto, veamos un poco más adelante en el capítulo 23, lo que El Eterno mismo dice describiendo la función de Su Representante, el Malaj de HaShem a partir del versículo 20:
“(20) He aquí yo envío mi Angel delante de ti para que te guarde en el camino, y te introduzca en el lugar que yo he preparado. (21) Guárdate delante de él, y oye su voz; no le seas rebelde; porque él no perdonará vuestra rebelión, porque mi nombre está en él. (22) Pero si en verdad oyeres su voz e hicieres todo lo que yo te dijere, seré enemigo de tus enemigos, y afligiré a los que te afligieren. (23) Porque mi Angel irá delante de ti, y te llevará a la tierra del amorreo, del heteo, del ferezeo, del cananeo, del heveo y del jebuseo, a los cuales yo haré destruir”.
El Malaj, según el pasaje citado, da instrucciones precisas que tienen que ser obedecidas. Es decir habla en nombre de El Eterno. Puede juzgar y castigar cualquier rebelión, pues está investido de la Autoridad de HaShem. Eso es lo que implica la expresión: “mi nombre está en él” que hemos subrayado en el texto. Por ello mismo es que el Malaj se puede autonombrar el Malaj de HaShem, o como lo traduce la Reina-Valera 1960 “El Ángel de Jehová”, porque se trata del Representante directo de El Eterno en una misión especial de parte del Creador.
Nunca, nunca, nunca en la mente de Moshé cuando escribía laToráh (El Pentateuco: los cinco libros) pasó por su mente que sus lectores fueran a interpretar que era HaShem mismo quien descendió y tomo forma de criatura (un malaj = mensajero) para presentarse ante un simple mortal y comunicarle Sus Instrucciones. Esto contradiría el principio asentado, según vimos, en Shemot 33:20 y ratificado por Yeshúa en Yohanan 1:18, mediante el cual se establece que nadie puede ver Al Eterno y seguir con vida.
En Shoftim (Jueces) 13, encontramos el caso de Manoaj, mencionado brevemente en un párrafo anterior. Y en el relato, vemos varias veces al Malaj (mensajero) intercambiando sus propias palabras con las de El Eterno en su calidad de Representante de HaShem. Veamos: En el versículo 6: La mujer le anuncia a Manoaj, su esposo, que un varón de Elohim le ha dado un mensaje. Ella nunca pensó, en su primera descripción, que aquel mensajero fuera El Eterno en Sí, sin embargo, sí le causó una fuerte impresión su aspecto. Por lo cual no preguntó su nombre. ¿Quién no sufriría un fuerte impacto emocional si tuviera la aparición de un malaj?
En los versículos 8 y 9: Manoaj le pide Al Eterno que envíe nuevamente al varón que le apareció a su esposa y El Eterno le envía nuevamente a Su Malaj en calidad de Representante. Más adelante, en el versículo 16: Luego de repetir la información a Manoaj, y ante la insistencia de éste por ofrecerle su hospitalidad, el Malaj le aclara que no puede quedarse a compartir su comida, pero que Manoaj puede ofrecer un sacrificio olá a HaShem. Lo interesante del diálogo, es que el Malaj no dice “Puedes ofrecerme un sacrificio”, sino: “si quieres ofrecer sacrificio, ofrécelo a HaShem”. El malaj cambió de persona gramatical para contestar a Manoaj sobre su ofrecimiento.
Ya en el versículo 18: Se nos da a entender que el nombre del Malaj, en ese preciso momento, según lo vemos por la cita de Shemot 23:21. No es otro que el de HaShem. Pues en ese momento, el malaj no actúa de su propia cuenta, sino como Representante de HaShem, por ello en esta misión que el malaj lleva a cabo su nombre es el nombre de HaShem.
Versículos 20 a 23: Ante la aparición del Malaj de HaShem, Manoaj asume que debe morir, pues según él cree ha visto el propio rostro de HaShem y por ser israelita, conoce la sentencia de la Toráh que se encuentra en Shemot 33:20. Al final Manoaj y su esposa no mueren, pues no han visto directamente al Eterno sino a Su Representante, el Malaj de HaShem.
IAACOB EN PENIEL:
Un caso sumamente interesante es el de Iaacob, que según leemos en las Escrituras (Bereshit /En el Principio/ “Génesis” 32) peleó contra un hombre y lo venció. Muchos deducen que se trataba del propio HaShem, debido a las palabras de Iaacob: “Ya'akov llamó al lugar Peni- El [Rostro de El-ohim], "porque he visto a Elohim cara a cara, aun mi vida fue perdonada” (versículo 30) Sin embargo, en el pasaje citado aparecen una serie de contradicciones que lejos de esclarecer el texto, dificultan su explicación. La misma Escritura en Hoshea (Oseas) 12:2-4 aclara que Iaacob no peleó contra Elohim, sino contra un Malaj (mensajero). Este pasaje no se refiere al Malaj como el Malaj de HaShem, sino simplemente dice un Malaj (versículo 4). Entonces, ¿con qué Malaj peleó Iaacob, si él mismo no quiso identificarse cuando se le preguntó por su nombre? Un Midrash viene en nuestro auxilio:
"E Iaacov estaba solo y un hombre peleo con él: Este es Samael, el Ángel Guardián de Esav, que quería matarlo”5
Según este Midrash, Iaacob peleó con Samael, el Malaj Guardián de Esav. La Toráh, dice que la riña duró toda la noche. Y al amanecer, aquel varón deseaba con todas sus fuerzas alejarse de ese lugar. Nuestros sabios deducen de las palabras de éste Malaj: "En adelante ya no te llamarás Iaacob, sino Israel, o sea Fuerza de El, porque has luchado con Elohim y con los hombres y has salido vencedor” (versículo 29) que Iaacob estaba luchando con el Esav que tenía dentro de sí. Recordemos que su nombre original implicaba que él era un suplantador, había tomado la bendición de su padre Itzjak en lugar de Esav y ahora era un hombre rico gracias a haber tomado lo que no le correspondía por derecho de primogenitura. ¿Sería acaso que las posesiones materiales lo habían finalmente convertido en su hermano Esav? ¿Podría mirar a los cielos y decir con toda seguridad que no le importaban sus bienes y toda su riqueza?
La Torá dice que ellos lucharon; la Guemará comenta:
"Rabí Iehoshúa Ben Levi dijo: 'Esto nos enseña que la polvareda que levantaban sus pies alcanzó el Trono Divino'"6
El cielo estaba pendiente de la lucha que se libraba entre Iaacob y el malaj. Finalmente, la lucha termina y luego de la bendición del Malaj, Iaacov le pregunta por su nombre, a lo que el Malaj contesta: “¿Por qué me preguntas mi nombre? (versículo 30) no responde a la pregunta con una respuesta concreta, sino con otra pregunta. No obstante, en un Midrash se nos explica lo siguiente:
“- ¿Por qué preguntas por mi nombre?- contestó el ángel. – Los ángeles no tienen un nombre permanente. Sus nombres cambian según la misión que están cumpliendo” 7
Aunque en la Toráh nunca se menciona que aquel Malaj sea el propio HaShem, Iaacob determina nombrar aquel lugar como: Peni-El (Rostro de El-ohim) por el profundo autoanálisis de Iaacov y la lucha interna que lo llevó a estar "cara a cara" con Elohim. La verdadera Teshuvá (arrepentimiento), que resulta de una introspección profunda lleva a toda persona a un encuentro personal con Elohim.
“Rabí Levi dijo: "Grande es la teshuvá (el arrepentimiento), porque llega hasta el Trono Divino, así como está escrito: Retorna, Israel, al Señor tu Elohim"8
El encuentro con el Malaj y su lucha con él, motivo en Iaacob un cambio de actitud. De ahora en adelante no sería ya más un Suplantador (Iaacob), sino uno por quien “Elohim lucha” (Isra-El).
Visto lo anterior, podemos concluir que cada vez que encontremos la expresión “El Malaj de HaShem”, no se refiere precisamente Al Eterno que toma forma de siervo. Sino a un mensajero investido con toda la Autoridad en representación del Todopoderoso y que lleva sobre sí el Nombre de El Creador.
HOMBRES COMO REPRESENTANTES DE HASHEM
Hemos visto brevemente cómo en algunas ocasiones, los malajím (mensajeros) celestiales toman la Autoridad y el Nombre Sagrado de HaShem, para llevar a cabo una misión de parte del Todopoderoso. Sin embargo, analizando en otros pasajes de las Sagradas Escrituras, tal responsabilidad no ha sido única y exclusivamente dada sólo a malajím, sino también a seres humanos y por ello, analizaremos algunos casos para demostrar nuestra afirmación:
EL CASO DE MOSHÉ:
Desde la perspectiva de la Toráh, Moshé fue el primer ser humano en ser designado como Representante de HaShem para cumplir una función específica: Liberar al pueblo de Israel de la esclavitud en Mitzraim (Egipto).
Cuando mantiene el dialogo con el Malaj de HaShem que se le apareció en la zarza que se quemaba sin consumirse, El Eterno le ordenó a Moshé:
“Ven, por tanto, ahora, y te enviaré a Paró (Faraón), para que saques de Mitzraim (Egipto) a mi pueblo, los Benei (hijos de) Israel.” Shemot 3:10
Una parte interesante que se desprende de la conversación con el malaj del Eterno, es que directamente le dice a Moshé, que él (Moshé) vendrá a constituirse en Elohim y que Aharón, su hermano mayor, será su portavoz, su profeta:
“Y él hablará por ti al pueblo; él te será a ti en lugar de boca, y tú serás para él en lugar de Elohim (Di-os).” Shemot 4:16
“Pero YHWH dijo a Moshé: "Yo te he puesto en el lugar de Elohim para Paró (Faraón), y Aharon tu hermano será tu Naví (profeta)”. Shemot 7:1
En su calidad de Representante de HaShem no fue elegido por El Eterno debido a sus dotes de liderazgo o por querer subyugar a otros, sino porque como individuo estaba predispuesto a sacrificarse por los demás. A pesar de haber sido criado como un príncipe egipcio, era el hombre más humilde que se podía encontrar en aquellos tiempos:
"Moshé era un hombre muy manso, más manso que todos los hombres que había sobre la faz de la tierra." (Bamidbar / Números 12:3)
De ninguna manera estamos argumentando que Moshé se haya constituido en un dios, como se traduce en las versiones al español. Fue Elohim, sí, pero desde la perspectiva hebrea. Es decir, se convirtió en un Juez, un representante con Autoridad y Poder para ejecutar juicios contra Mitzraim (Egipto). Adicionalmente, de todos los Representantes humanos que ha tenido HaShem, sin contar por supuesto al Mashíaj, al único con el que El Eterno habló cara a cara, luego de aquel nombramiento, fue a Moshé:
"Nunca en Israel se levantó otro Naví (profeta) como Moshé, a quien el Eterno conociera cara a cara." (Devarim / Palabras/ “Deuteronomio” 34:10)
En ningún momento, nuestros jajamín (sabios) han interpretado que estas palabras impliquen que Moshé se haya convertido en Elohim mismo. Sino que lo Representaba y que estaba investido de la Autoridad de HaShem en aquel preciso momento histórico que le tocó vivir.
NEVIIM (PROFETAS):
Luego de Moshé cuando HaShem ha deseado que un ser humano sea Su representante para alguna misión especial,. El representante no ha sido cualquier individuo. Ha tenido que llenar ciertos requisitos para que le sea conferido el Honor Supremo de ser el Representante del Todopoderoso. Mencionaremos los siguientes a manera de ilustración:
1.- Casi siempre ha sido escogido para su misión desde niño, a veces antes de nacer.
2.- Ha pertenecido en todos los casos al pueblo de Israel. Descendiente de los patriarcas: Avraham, Itzjak y Iaacob.
3.- Ha debido ser obediente de todos los mandamientos de la Toráh. Un Tzadik (justo) desde la perspectiva hebrea es una persona que rige su vida moral y religiosa por los 613 mandamientos contenidos en la Toráh. Su vida tiene que estar destinada por encima de todas las cosas a cumplir la Voluntad de El Eterno.
4.- El apego a la Toráh, hará de esa persona una criatura Kadosh (apartada del mal, santa). Aun cuando esto implique arriesgar o perder la vida en tal empresa.
En este sentido los que se han constituido como máximos Representantes de HaShem, según las Escrituras han sido los Neviim (profetas). Un Naví (profeta) es un tzadik (justo) que vive una vida kadosh (santa) delante de El Eterno y que desciende directamente de uno de los doce hijos de Iaacob. Cuando encontramos expresiones como:
“Vino a mi palabra de YHWH…” (Yirmeyahu /Jeremías 1:4), “Vino palabra de YHWH al…” (Yejezkel /Ezequiel 1:3); “Palabra de YHWH que fue dirigida a…” (Hoshéa /Oseas 1:1). Nos encontramos en presencia de un nombramiento a una persona específica para Representar a HaShem. En ese sentido, todos los Neviim (profetas) incluso aquellos que no escribieron un libro de las Escrituras o que incluso no son mencionados por nombre, han sido Representantes de HaShem en la tierra. Principalmente para llevar un mensaje para un momento específico a los Benei (hijos de) Israel.
Un ejemplo designando a un Naví (profeta) como Representante de HaShem, lo encontramos en las palabras dichas a Yirmeyahu (Jeremías):
“Entonces alargó YHWH su mano y tocó mi boca. Y me dijo YHWH: Mira que he puesto mis palabras en tu boca. Desde hoy mismo te doy autoridad sobre las gentes y sobre los reinos para extirpar y destruir, para perder y derrocar, para reconstruir y plantar”. (Yirmeyahu /Jeremías1:9-10).
En tiempos posteriores, muchas luminarias de la Toráh nos han dejado sus enseñanzas en torno a este complejo tema, sin necesariamente implicar con ello que a quienes se menciona sean una encarnación o materialización de Hashem. Veamos algunos comentarios:
“Elohim (Di-os) está en su Santo Santuario”. Esto se refiere a Rabbí Itzjak Ben Lezer en la casa de estudio de Cesarea” Talmud Yerushalmi, Bikurim 3:3
“Quien recibe el rostro de su maestro [es decir, le dé la bienvenida] es como si recibiera el rostro de la Shejina (Presencia Divina)... el que recibe el rostro de su amigo es como si recibiera el rostro de la Shejina” Talmud Yerushalmi.
“¿Quién es el rostro de Elohim? El rostro de Elohim es Rav Shimón” Zohar II.38
Menahem Schneerson, el rebe de Jabad, frecuentemente enseñaba que un Tzadik, un profeta o un rebe, son esencialmente: “Di-os en carne”.
Rashi en su comentario a Bereshit/ “Génesis” 17:22 escribió que: “Los Tzadikim (hombres justos) son vehículos de la presencia Divina, ellos encarnan la carroza del Omnipotente en el mundo”.
A estas personas, a quienes por su rectitud, su santidad y su apego a las normas del Creador, se les puede considerar Benei Elohim (Hijos de Di-os). No en el sentido literal, sino en un sentido digamos espiritual o figurado. Son personas que llevan luz en sí mismas y que por su estado de Kedushá (santidad) están mucho más cerca de Elohim que todos los demás.
EL MASHÍAJ:
Antes de dejar este mundo, Moshé hizo un ofrecimiento concreto:
“Profeta de en medio de ti, de tus hermanos, como yo, te levantará YHWH tu Elohim; a él oiréis;” (Devarim /Palabras /”Deuteronomio 18:15)
Según la comprensión de nuestros jajamím (sabios) el ofrecimiento concreto se refiere al Mashíaj. Las palabras “como yo” colocadas en el texto, implican necesariamente que se trata de un ser humano, 100 % de carne y hueso. Sin embargo, por su dedicación a la Toráh, a cumplir mitzvot (mandamientos), su grado de kedushá (Santidad) y por ser considerado el Tzadik (justo) más grande que haya existido, se le considera aun más importante que Avraham y que Moshé, e incluso más sublime que los malajím del cielo:
"Será más grande que Avraham, más alto que Moshé, y más excelso que los ángeles supremos" (Ialkut Shimoní sobre Isaías 52:13).
En las palabras dejadas en la Toráh, también se nos aclara lo siguiente:
“Un Naví (Profeta) les levantaré de en medio de sus hermanos, como tú; y pondré mis palabras en su boca, y él les hablará todo lo que yo le mandare. Mas a cualquiera que no oyere mis palabras que él hablare en mi nombre, yo le pediré cuenta.” Devarim/ Palabras /”Deuteronomio 18:18-19)
Hemos subrayado las expresiones: “como tú” y “en mi nombre” para dejar en claro dos cosas:
1.- Las palabras “como tú” se pueden intercambiar por la expresión: “igual que tú”. Igual en todo sentido. Un iehudí (judío), descendiente directo de Avraham, Iztjak e Iaacob, que tendrá las mismas cualidades que Moshé y que hablará en nombre de El Eterno, para hacer volver al buen camino a aquellos que se hayan apartado de él.
2.- La expresión “en mi nombre”, del modo como lo hemos dicho a lo largo de este estudio, implica “en Representación de”. Esa persona, que nuestros sabios consideran se trata del Mashíaj, estará investido de toda la Autoridad del Todopoderoso y como sucedió en el caso de los malajím, hablará en nombre del Eterno, sin tratarse de una encarnación del Creador.
YESHÚA 100% SER HUMANO:
Para muchos es un tanto difícil romper con la interpretación greco-romana que impregnan las traducciones de los Escritos del Brit Hadashá /Pacto Renovado /”Nuevo” Testamento. En ellos, leyéndolos con lentes helenísticos, encontramos a un Hijo de Di-os, literal. No un Ben (hijo de) Elohim como los que aparecen en el TaNaK /”Antiguo Testamento”.
Yeshúa siendo iehudí, cuando le formulan la pregunta relativa a mostrar al Padre, contesta en concordancia con el pensamiento hebreo:
“Si me conocéis a mí, conoceréis también a mi Padre; desde ahora lo conocéis y lo habéis visto." Le dice Felipe: "Señor, muéstranos al Padre y nos basta." Le dice Yeshúa: "¿Tanto tiempo hace que estoy con vosotros y no me conoces Felipe? El que me ha visto a mí, ha visto al Padre. ¿Cómo dices tú: "Muéstranos al Padre"? ¿No crees que yo estoy en el Padre y el Padre está en mí? Las palabras que os digo, no las digo por mi cuenta; el Padre que permanece en mí es el que realiza las obras”. Yohanan /Juan 14:7-10
Un Tzadik (Justo) es la imagen del Eterno en la tierra. Yeshúa aclara que lo que él dijo, lo hizo porque era un instrumento del Padre y repetía únicamente lo que el Padre le decía. Igualmente lo que él hacía, no lo hacía por su propia cuenta sino porque el Padre actuaba directamente en él (Yohanan /Juan 14:10). De la misma manera en que actuó en el pasado sobre todos sus Representantes, fueran angélicos o terrenales, malajím o neviím.
Muchas veces, desconociendo los hebraísmos que existen en las Escrituras del Brit Hadashá / Pacto Renovado/ “Nuevo Testamento”, malinterpretamos muchos pasajes que, vistos con ojos hebreos, no son para nada polémicos. Todo lo contrario, son fáciles de entender y no se contradice para nada el pensamiento hebreo detrás del TaNaK /”Antiguo Testamento”, veamos dos ejemplos ilustrativos:
Luego de la muerte física de Yeshúa, los discípulos se mantuvieron la mayoría de las veces unidos. Al resucitar de entre los muertos, el rav Yeshúa se les apareció en diferentes ocasiones con la intención de que creyeran aquello que la TaNaK hablaba acerca del Mashíaj, que primero debía sufrir y morir y luego volver a la vida. Hilel /Lucas 24:25-27. En una de esas apariciones, Toma (Tomás) uno de sus discípulos no se encontraba con ellos, y una semana después cuando finalmente estuvo presente, al poder contemplar con sus ojos al rabino resucitado, exclamó:
“Toma le respondió: ´¡Mi Adón y mi Elohim!´" Yohanan/ Juan 20:28
¿Qué quiso decir Toma con estas palabras? ¿Acaso insinuó que Yeshúa era el mismo Adonai encarnado? Por supuesto que no. En concordancia con la hebraicidad de los interlocutores, se debió haber vertido la exclamación del talmid (discípulo) de la siguiente manera: “Respondió Tomah: ¡Mi Adón (Señor mío) y mi Elohim (Juez mío)!”, pues el mismo rabino estaba por censurarlo severamente debido a la incredulidad que había manifestado.
De igual manera puede explicarse el significado de las palabras contenidas en una de las cartas de rav Shaul a Timoteo:
“E indiscutiblemente, grande es el misterio de la piedad: Elohim (Di-os) fue manifestado en carne, Justificado en el Espíritu, Visto de los ángeles, Predicado a los gentiles, Creído en el mundo, Recibido arriba en gloria.”
1 Timoteo 3:16
Yeshúa, al cumplir la Voluntad del Eterno, por decirlo de algún modo se manifestó como Elohim en carne. No que él fuera Elohim, sino que su forma de vida estaba de acuerdo al deseo de HaShem para los seres humanos. Por ello, en su ser se manifestaría la Shejina de HaShem, como ha sido interpretado por muchos jajamín del judaísmo:
“Si alguien se santifica a sí mismo correctamente con el cumplimiento de todas las Mitzvots … Entonces él en sí mismo es un Beit HaMikdash (Templo) completo… y en su propio Mikdash recibe la Shejiná de HaShem... porque la verdad es que los Tzadikim a través de las acciones que hacen, y son favorables, que son bien recibidas por El Santo, Bendito Es, ellos se constituyen verdaderamente en el Mikdash de HaShem mismo" Nefesh Hashaim Puerta 1, capítulo 4 de Rab Chaim Volozhin.
Este último pasaje que hemos presentado lo podemos comparar con las palabras del propio Yeshúa cuando dice: “¿Tú no crees que Yo estoy unido con el Padre, y el Padre unido conmigo? Lo que les estoy diciendo, no lo digo de mi propia iniciativa, sino el Padre que vive en mí está haciendo sus propias obras.” (Yohanan 14:10) Inmediatamente notamos cierto paralelismo. Pues sus palabras están en concordancia con el pensamiento de nuestros jajamin (sabios). Vemos a un Tzadik (justo) que debido al cumplimiento de Mitzvots (mandamientos: La Toráh), se vuelve a sí mismo un Beit HaMikdash (Templo) en el que la Shejiná de HaShem viene a residir. Y de ahí que la expresión “sino el Padre que vive en mí” no pueda tener otro significado que el que hemos presentado.
Visto de ese modo, cuando nos encontramos con los siguientes pasajes del Brit Hadashá /Pacto Renovado /”Nuevo Testamento” entendemos con claridad lo que Yeshúa dijo, y la manera en que fueron recibidas sus palabras por sus Talmidim /discípulos, todos ellos, sin excepción alguna, judíos:
“Yo y el Padre somos Uno” Yohanan /Juan 10:30.
“…para que todos puedan ser uno, así como Tú, Padre, estás unido a mí y Yo contigo, oro que ellos puedan estar unidos con nosotros, para que el mundo pueda creer que Tú me enviaste. La gloria que Tú me has dado, Yo he dado a ellos; para que ellos sean uno, como nosotros somos uno”. Yohanan/ Juan 17:21-22.
Ambos pasajes se entenderían con claridad si en vez de utilizar la palabra “uno” con que se suele traducir, se comprendiera el concepto hebreo que se encuentra en la palabra Ejad, que implica Unidad, y del cual se desprende la falsa doctrina que dice que Yeshúa es Elohim.
Les hemos presentado los argumentos y en resumen podemos declarar: Yeshúa es el Mashíaj de Israel y como tal: es, ha sido y será el máximo Representante de HaShem en la tierra. Más grande que Avraham, más grande que Moshé y aun más grande que cualquier malajím de los cielos. Como Representante, no debemos confundirlo con HaShem, hemos visto las razones, es distinto de HaShem. Sin embargo, como ser humano es único, pues nadie ha llegado a su nivel de Kedushá (santidad).
Al final de los tiempos, él mismo, se sujetará al Eterno (1 Cor. 15:28) cuando la ciudad de Jerusalem que viene del cielo (Revelación 21) se pose sobre el monte Santo y el Eterno en toda Su Gloria y Magnificencia more entre los tzadikim (justos).
1 Wikipedia: Artículo Representación
2 TaNaK: Toráh, Neviim y Ketuvim, las tres partes en que están divididos los Escritos Sagrados según el pensamiento hebreo. El término “Antiguo Testamento” fue acuñado mucho tiempo después y es impropio, pues según el mismo Yeshúa no ha sido anulado Mat. 5:17.
3HaShem: Literalmente “El Nombre”, en referencia a las cuatro letras hebreas que conforman el nombre del Todopoderoso. Debido a que según nuestros jajamim (sabios) no debemos pronunciarlo vanamente, se estipuló referirse a Él, de forma indirecta utilizando ésta expresión. Las formas “Jehová” y “Yahvé”, son intentos de darle alguna pronunciación a las letras que en caracteres latinos se transfieren como: YHWH o bien, IHVH.
4 “El Midrash Dice. Libro de Bereshit Génesis” Página 132. Parashá Lej Lejá. Editorial Bnei Sholem. Argentina 2008.
5 Midrash Tanjumá, Parashá Vaishlaj, sec. 8.
6 Julín 91a.
7 El Midrash Dice. Libro de Bereshit Génesis” Página 272. Parashá Vaishlaj. Editorial Bnei Sholem. Argentina 2008
8 Iomá 86a.